De acuerdo a la metodología de verificación del curso Análisis Comparado de Periodismo, el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet Cumple en parte la siguiente promesa que hizo al país en su programa de campaña en 2013: “Aumentar la participación del Estado en el total del gasto en Salud, para avanzar hacia el 72% que corresponde al promedio de los países OCDE, desde el 50% registrado en 2013”.

La presidenta Bachelet en el discurso presidencial del 21 de mayo del 2016, reafirmó su compromiso con el gasto en Salud. La Ley Ricarte Soto, la Ley de Alimentos, el Plan Nacional de Inversiones Hospitalarias, entre otros, son algunos baluartes de este objetivo. Estos presentan avances significativos, según lo expresado por la ministra de Salud Carmen Castillo en su Cuenta Pública 2017: “Hemos logrado avances concretos que están cambiando la cara de la Salud de Chile”.

En materia netamente presupuestaria, este compromiso avanza, pero no al paso que exigen los expertos. Según los informes de ejecución presupuestaria entregados por la Dirección de Presupuestos, se efectuó un aumento del 30% en los gastos de esta cartera en el periodo 2014-2016, pero esta cifra no compensa el alto gasto que los chilenos deben hacer desde sus bolsillos para costear su salud.

Un informe presentado por el Departamento de Planificación Institucional, Subdepartamento de Estudios del Minsal, consigna que los gastos privados en Salud están en constante descenso, pero se frenó desde el año 2010.

Comparando la realidad de Chile con otros países, el gasto total en Salud Pública con recursos del Estado creció significativamente, pero sigue estando muy por debajo del promedio de los países de la OCDE, que gastan un 72,2%.

Según el Jefe del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Los Andes, Jaime Mañalich, la promesa de Michelle Bachelet no se logrará, basando su argumento principalmente en el gasto privado de la Salud. “Junto con aumentar el gasto público, ha aumentado más el gasto privado. La gente está gastando más en medicamentos que no tiene cubierto por seguros”, afirmó el ex ministro de Salud. Además recalcó que la presidenta difícilmente alcanzará su meta: “la presidenta se comprometió a gastar 4.000 millones de dólares con el Plan de Inversiones, y no va a alcanzar a gastar ni 2.000 millones de dólares”.

La diputada del Partido Radical, Marcela Hernando, comparte este análisis y atribuye a tres causas específicas el alto gasto de bolsillo en salud: la alta concentración de prestaciones privadas, la privatización del sistema de Formulario Nacional, que asegura medicamentos esenciales y complejidades en el funcionamiento de la Red Asistencial.

En los últimos días se abrió otra discusión: la eficiencia. “La estrategia ha sido financiar de forma reactiva el presupuesto de salud, porque no tenemos un mecanismo que nos permita controlar los gastos. Es una situación a la cual hay que dedicarle mucha preocupación, porque en el futuro se puede disparar sin control”, dijo el Director de Presupuestos, Sergio Granados.